¿Círculos?
¿Y qué tienen que ver con montar en bicicleta?
¿A qué se dedican ahora los vikingos?
Todas estas preguntas y muchas más se iban haciendo los aldeanos de la villa de Humanes cuando vieron a las hordas vikingas dar vueltas, vueltas y más vueltas alrededor de su pueblo.
¿Eran círculos, redondeles, circunferencias? ¿Era un ritual?
Lo único cierto es que el garabato de un niño tiene menos curvas que el recorrido que hizo este grupo de vikingos en "Territorio Camuñas".
En una fría mañana, con una brisa que no presagiaba nada bueno y con un Sol temeroso que se escondía tras las nubes, seis valerosos vikingos se concentran en el parking "Tu sitio" con la idea de emular una prueba ciclista que suele organizar el Club de MTB San Bicicleto.
La propuesta del guerrero "Camu" no tenía mala pinta, en principio. Aunque pronto empezaron las dudas. Tras los primeros nueve kilómetros regresan al punto de inicio. Viento de cara, caminos embarrados y el grupo vikingo vuelve a estar en el pueblo. Difícil de comprender para unas huestes acostumbradas a batallar por grandes territorios.
Pocas zonas boscosas y muchos secarrales dan ventaja al viento y ponen a prueba el aguante vikingo.
Los lazos, churros, "ochos", círculos, redondeles o circunferencias empezaban a sucederse. hasta tal punto que los pasos y las pistas paralelas a las carreteras parecían las mismas. Los dioses querían desorientar a estos guerreros que tenían que exprimir sus músculos para salir victoriosos de las refriegas.
Pero cuando reanudan la marcha la orografía del terreno se vuelve más agreste y salvaje. La confusión empieza a rondar por las cabezas de los infatigables guerreros y los escenarios se repiten ¿más círculos?.
Sí. Más vueltas por los mismos sitios, pero esta vez con crueles trampas que les hicieron descabalgar y empujar sus máquinas rodadoras por culpa de los interminables bancales de arena.
Los fuertes cambios de ritmo iban medrando las fuerzas. Los desniveles del terreno se sucedían. Los caminos se presentaban con grandes erosiones que formaban descomunales grietas. Pero lo peor era que esos peligrosos caminos y esos sube-baja volvían a aparecer y se iban repitiendo constantemente. Hasta que que esta tribu, cuya inteligencia cuando se suben en sus bicicletas roza lo sobrenatural, entendió que la trampa era un bucle que se sucedía continuamente.
Los círculos tenían que acabarse. Con la mente puesta en una "frías rubias", dejaron atrás Batres y se dirigieron a su destino salvando las últimas trampas con pequeñas escaramuzas de las que salieron indemnes. La última de ellas se presentó en forma de un largo agujero negro cuyo terreno arenoso y la falta de visibilidad les hicieron volver a empujar sus máquinas para salir airosos de nuevo.
Reagrupados, y con el final de la ruta muy próximo, acometen las últimas rampas con las fuerzas que siempre se reservan.
La proximidad de las edificaciones les hace ver que "los círculos" ya se han acabado. Agotados y doloridos llegan a su destino. La batalla ha sido cruel, ingrata y llena de trampas. El viento de cara, el frío, "los círculos", los arenales, los sube-baja, el barro y los tubos no han sido capaces de frenar a esta admirable tribu que, una vez más, ha salido victoriosa en el "Territorio Camuñas".
Y para no perder la costumbre, toca celebrar esta gran batalla. Y no hay mejor forma de hacerlo que brindando con una "frías rubias" y degustar los manjares de la zona.
Ahora toca recuperar los agotados cuerpos y esperar a la siguiente incursión por territorios hostiles.
Altitud mínima: 592 m.
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