jueves, 20 de junio de 2019

LA CONQUISTA DE LAS CANTERAS

Reunión vikinga en la localidad toledana de Escalona del Alberche. Una mañana calurosa y un entorno desconocido para los guerreros del pedal y sus destructivas máquinas rodadoras. Dos grupos muy determinados se iban a encontrar en la Ribera del Alberche. Uno para relatar las hazañas de la contienda, y el segundo, para acompañar en la degustación de las viandas de la tierra.

Arranca la ruta atravesando el puente romano sobre el río Alberche, subiendo junto al Castillo-Palacio de Escalona cuya defensa no fue rival para estos guerreros y ya forma parte de su patrimonio ciclista.

Tras dejar atrás Escalona y llegando al pequeño municipio de Paredes, el grupo vikingo se adentra junto a la cantera y dejan  libertad a sus cabalgaduras para que disfruten por el Camino de Santiago que les llevará hasta la localidad de Cadalso de los Vidrios. Una deteriorada y estrecha carretera les adentra en la localidad madrileña dejando su impronta en modo fotográfico junto al monumento al cantero.








Tras el paseo triunfal por el recién conquistado municipio, deciden regresar adentrándose por la gran cantera entre un esplendido entorno de encinares. Las fotos de rigor para inmortalizar su gesta y prosiguen su camino






Un rápido paseo entre encinas y pinares les sitúa en la Cañada Real Talaverana para coger el camino que les llevará hasta la localidad toledana de Almorox, teniendo que bajar la enorme pared hormigonada dejando constancia de su maestría en los descensos. La subida al cementerio no fue obstáculo para las huestes vikingas.

Un tranquilo paseo por zonas de cultivos les aleja de las zonas boscosas y del pueblo de Almorox para llegar al final de su ruta, debiendo de bajar el último obstáculo en forma de pendiente empedrada para llegar a las tranquilas aguas del Río Alberche bajo la atenta mirada de los muros del castillo.




Tras volver a rodar sobre el puente romano, los guerreros vikingos llegan al punto de encuentro con el restos de los vikingos que les estaban esperando para finalizar la ruta bajo las aguas de la piscina y degustar las viandas de la zona regadas con las consiguientes rubias y frías cervezas.




Una preciosa ruta en compañía de esta tribu que, aunque últimamente no se prodiga por los caminos, siempre aparecen cuando son convocados.



EL CUADERNO DEL VIKINGO:

Total kilómetros: 43,40 Km
Tiempo total invertido: 3 h 36' 10''
Tiempo en movimiento: 3 h 01' 55''
Tiempo detenido:  34' 15''
Velocidad media en movimiento: 14,30 km/h
Velocidad máxima: 43 km/h
Altitud mínima: 382 m.
Altitud máxima: 799 m.
Desnivel acumulado ascendiendo: 737 m.
Desnivel acumulado descendiendo: 690 m



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PLANO DEL RECORRIDO



by Gerar

jueves, 28 de marzo de 2019

LOS BÚNKERES OLVIDADOS

Tras un invierno ocioso, tres inquietos vikingos deciden desempolvar sus máquinas rodadoras y explorar uno de los puntos singulares de los territorios aledaños al río Manzanares: La Marañosa.

Las briosas bicicletas no dejaban de rugir bajo los nidos de las cigüeñas que se extienden a lo largo de las vías del Metro de Rivas-Vaciamadrid. Punto de encuentro e inicio de la ruta. Los tres intrépidos guerreros se han unido para buscar los búnkeres y galerías de defensa excavadas por sus antepasados en las laderas de La Marañosa. Saben que, después de muchos años, fueron utilizadas en la Guerra Civil y que este promontorio fue, y sigue siendo, un punto estratégico militar.

Con el poderoso pedaleo que les caracteriza, cruzan bajo la A-3 y se introducen por un camino que les hace pasar por la Escuela Nacional de Protección Civil. Un pequeño puente es testigo del paso sobre los últimos metros de las aguas del río Manzanares. Deciden bordear La Marañosa por el lado derecho de su cara norte hasta llegar al carril-bici de la M-301. Un terrible pedaleo les sitúa en la Glorieta de Górquez de Abajo para girar a la izquierda y seguir bordeando La Marañosa por su cara este, paralelos a la Acequia Real del Jarama.

A partir de aquí, sus miradas se clavan en las laderas rocosas de su izquierda hasta que localizan algunas entradas a las galerías de los búnqueres olvidados con el paso de los años. El arrojo de estos incansables exploradores vikingos les hace bajarse de sus monturas y emprender campo a través hasta los límites de la montaña. Con las máquinas rodadoras a la sombra, revisan la ladera introduciéndose en algunas galerías y llegando hasta el respiradero de uno de los búnker. Para testimoniar el territorio explorado, nos han dejado unas fotografías de recuerdo, no pudiendo ver otras antiguas instalaciones militares al encontrarse valladas. 


Respiradero de un búnker





Una vez revisado el terreno, y no habiendo localizado otras derruidas instalaciones militares, prosiguen bordeando La Marañosa hasta pasar junto a la Presa del Rey y llegar al punto más curioso y poco conocido de la zona: la desembocadura del río Manzanares en las aguas del río Jarama.


Desembocadura del Río Manzanares en el Río Jarama
Como la mañana no les ha deparado grandes esfuerzos, y dado que esta tribu vikinga está curtida en grandes batallas, deciden finalizar la vuelta a La Marañosa y adentrarse por su interior para atravesarla por el Camino de la Casa de Eulogio y llegar a su mayor cota geodésica, desde donde otean un precioso paisaje de la vega del río Jarama.


Cota geodésica de la Marañosa





Un continuo sube-baja les calienta las piernas y les devuelve al principio del camino sobre el pequeño puente del río Manzanares, y desde ahí, hasta el estacionamiento del Metro de Rivas-Vaciamadrid, donde las sorprendidas cigüeñas se inquietan al verles finalizar la ruta de hoy.

Y como siempre, haya cuestas o falsos llanos, estos guerreros solo saben acabar sus rutas en compañía de unas frescas y espumosas rubias, presagio de próximas expediciones.






EL CUADERNO DEL VIKINGO:

Total kilómetros: 47,10 Km
Tiempo total invertido: 3 h 35' 38''
Tiempo en movimiento: 2 h 53' 09''
Tiempo detenido:  42' 29''
Velocidad media en movimiento: 16,30 km/h
Velocidad máxima: 42 km/h
Altitud mínima: 397 m.
Altitud máxima: 651 m.
Desnivel acumulado ascendiendo: 604 m.
Desnivel acumulado descendiendo: 450 m



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viernes, 4 de enero de 2019

LOS CALAMARES VIKINGOS

Para un vikingo, la mejor forma de empezar un año es hacerlo sobre la bicicleta. Una buena táctica para desprenderse de esos inseparables kilos que se acumulan durante las navidades.

Después de un largo periodo de inactividad, seis aguerridos vikingos desempolvan sus máquinas rodadoras y, desafiando al frío y las heladas, se juntan en la Casa de Campo para recorrer parte de uno de los territorios más bonitos existentes.

No pretenden entrar en refriegas, tan solo rodar con calma y calentar las piernas para el objetivo final de la ruta de hoy: degustar un formidable bocata de calamares en la Plaza Mayor.



La Casa de Campo está congelada, las praderas verdes están cubiertas por una fina película blanca, los chacos congelados, la hierba cruje y la tierra helada. Pero estas condiciones no merman las ganas de disfrutar de los caminos, los senderos y alguna que otra trialera. 

Con temperatura rondando los cero grados se introducen por recónditos parajes entre frondosos bosques, estrechos y sinuosos senderos y anchas pistas que les devuelve hasta el Lago.

Las tribus vikingas son enemigos a batir rueden por donde rueden. Siempre están alerta ante cualquier imprevisto. Pero la trampas aparecen en el momento más inesperado. Una pequeña caída en un estrecho y arbolado sendero hace que uno de estos valientes guerreros sienta la frialdad de la tierra. Con todo el arrojo y pundonor de un gran luchador, el guerrero Carmona se sobrepone y se sube en su máquina para culminar el objetivo del día aún teniendo su cuerpo dolorido.

La horda vikinga sale de la Casa de Campo y por Madrid Río llegan a la Cuesta de la Vega para rodar por la calle Mayor ante la atónita mirada de los turistas. La Plaza Mayor está abarrotada de gente, los puestos navideños empiezan a ser desmontados. Al paso de los caminantes llegan hasta su objetivo. 

El premio es uno de los mejores ejemplares de bocata de calamares que se comen en esta zona, acompañado, como siempre, por una muy fría rubia enlatada.










Antes de regresar y culminar la ruta de hoy, unas fotos de rigor en la Plaza Mayor para recordar los últimos detalles navideños. 






Dejando atrás la Plaza Mayor, una tránquila bajada les devuelve a la Casa de Campo, en donde dan por finalizada esta primera incursión en el mundo del pedal, con el aliciente de recuperar a una vieja gloria del ejército vikingo, el tío Rivas; que, aunque metido en años, aún es válido para algunas batallas.

Fin de ruta. Esperemos que los clanes vikingos se animen y se vayan incorporando en las próximas batallas, que seguro las habrá. 

FELIZ AÑO



EL CUADERNO DEL VIKINGO:

Total kilómetros: 24,80 Km
Tiempo total invertido: 2 h 47' 23''
Tiempo en movimiento: 1 h 53' 11''
Tiempo detenido:  54' 12''
Velocidad media en movimiento: 13,10 km/h
Velocidad máxima: 39 km/h
Altitud mínima: 436 m.
Altitud máxima: 668 m.
Desnivel acumulado ascendiendo: 520 m.
Desnivel acumulado descendiendo: 351 m



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