Un soleado día de invierno y no muy frío es un regalo, y los vikingos no quisieron desaprovecharlo. La batalla de hoy era complicada. La propuesta era conquistar El Álamo y el reto cubrir los algo más de 35 kilómetros hasta llegar a su plaza, y luego volver. Además, la única zona llana se encuentra en la vega del Río Guadarrama. Por lo tanto, la ruta se antoja complicada, sobre todo a la vuelta.
Es por ello que tan sólo un pequeño grupo de vikingos se atreven con ella y, como siempre, arrancan desde el Parque de las Cruces: Casillas, Agustín y Gerar, teniendo que recoger por el camino a Rivas.
Tras dejar atrás el CC. Plaza de Aluche se dirigen hacia la A-5, pasando por debajo y saliendo de la ciudad, pero entrando en zona de "falsos llanos". Las piernas se van calentando, pero el terreno no les detiene. Junto a la M-40 se les une Rivas, un todo terreno. Entran en los secarrales que prometieron ser los terrenos de Eurovegas y siguen los "falsos llanos". Tras pasar por debajo de la M-50, se dirigen a Villaviciosa de Odón, siendo recibidos con cierta hostilidad por un repecho asfaltado que intenta frenar sus ruedas. Llegan a la fuente de los tres caños y es hora de descansar "pedaleando".
Una vez que atraviesan el pueblo y su polígono industrial se encaminan por anchas pistas de terreno favorable hasta el Río Guadarrama. Una larga bajada les conduce hasta el Puente de Hierro que forma parte de la Vía Verde del Guadarrama y deciden hacer un pequeño descanso para reponer fuerzas. Su pensamiento está en la vuelta. Todo lo bajado hay que subirlo.
Ahora toca "pasear por el Camino de la Zarzuela junto a viveros y tras pasar por debajo de la A-5 continúan llaneando junto a la vega del Río Guadarrama y sus campos de cultivos, pasando también bajo la R-5. No encuentran resistencia y a un cómodo ritmo emprenden la leve subida hacia su destino: El Álamo. Entran en la tranquila población y consiguen culminar el recorrido deteniéndose en la Plaza de la Constitución. Otro avituallamiento y una foto para el recuerdo. Los vikingos han llegado a El Álamo.
Toca volver, pero antes intentar llevarse algo de agua para el camino pero esta población se les resiste y mantienen cortada el agua de sus dos fuentes. Menos mal que estos guerreros siempre preveen estas situaciones y conservan agua para la vuelta. Algunas subidas les acechan a la salida del pueblo pero consiguen mantener su ritmo. Solo toca llanear y plantarse, de nuevo, en el Puente de Hierro. El batallador Rivas se despide y emprende el camino de la Vía Verde del Guadarrama.
Tres vikingos se quedan solos y han de luchar con lo peor de la ruta. Todo subida y un terreno que no les regala ni una sola pedalada. Para empezar una pequeña pared asfaltada les hace sacar la vajilla y utilizar el plato pequeño y, aunque se modera el esfuerzo tras pasar una urbanización, siguen subiendo hasta llegar a Villviciosa de Odón. Otra pequeña subida asfaltada les lleva hasta la fuente de los tres caños, junto al Castillo, en donde realizan el último descanso.
Tras dejar atrás el CC. Plaza de Aluche se dirigen hacia la A-5, pasando por debajo y saliendo de la ciudad, pero entrando en zona de "falsos llanos". Las piernas se van calentando, pero el terreno no les detiene. Junto a la M-40 se les une Rivas, un todo terreno. Entran en los secarrales que prometieron ser los terrenos de Eurovegas y siguen los "falsos llanos". Tras pasar por debajo de la M-50, se dirigen a Villaviciosa de Odón, siendo recibidos con cierta hostilidad por un repecho asfaltado que intenta frenar sus ruedas. Llegan a la fuente de los tres caños y es hora de descansar "pedaleando".
Una vez que atraviesan el pueblo y su polígono industrial se encaminan por anchas pistas de terreno favorable hasta el Río Guadarrama. Una larga bajada les conduce hasta el Puente de Hierro que forma parte de la Vía Verde del Guadarrama y deciden hacer un pequeño descanso para reponer fuerzas. Su pensamiento está en la vuelta. Todo lo bajado hay que subirlo.
Rivas y el antiguo Tren de la Playa o Tren de Almorox |
Ahora toca "pasear por el Camino de la Zarzuela junto a viveros y tras pasar por debajo de la A-5 continúan llaneando junto a la vega del Río Guadarrama y sus campos de cultivos, pasando también bajo la R-5. No encuentran resistencia y a un cómodo ritmo emprenden la leve subida hacia su destino: El Álamo. Entran en la tranquila población y consiguen culminar el recorrido deteniéndose en la Plaza de la Constitución. Otro avituallamiento y una foto para el recuerdo. Los vikingos han llegado a El Álamo.
Toca volver, pero antes intentar llevarse algo de agua para el camino pero esta población se les resiste y mantienen cortada el agua de sus dos fuentes. Menos mal que estos guerreros siempre preveen estas situaciones y conservan agua para la vuelta. Algunas subidas les acechan a la salida del pueblo pero consiguen mantener su ritmo. Solo toca llanear y plantarse, de nuevo, en el Puente de Hierro. El batallador Rivas se despide y emprende el camino de la Vía Verde del Guadarrama.
Tres vikingos se quedan solos y han de luchar con lo peor de la ruta. Todo subida y un terreno que no les regala ni una sola pedalada. Para empezar una pequeña pared asfaltada les hace sacar la vajilla y utilizar el plato pequeño y, aunque se modera el esfuerzo tras pasar una urbanización, siguen subiendo hasta llegar a Villviciosa de Odón. Otra pequeña subida asfaltada les lleva hasta la fuente de los tres caños, junto al Castillo, en donde realizan el último descanso.
Las fuerzas ya están justas, pero la batalla aún no ha acabado. Al salir del pueblo tienen que hacer frente a varias subidas, es zona de toboganes. Poco a poco llegan hasta el túnel de la M-50 y tras otra subida acceden al Parque Empresarial del Banco de Santander. Otra vez los "falsos llanos" les acompañan hasta la M-40; y tras su paso, un rato de tranquilidad en una larga bajada hasta el arroyo. Para finalizar la "última trampa del camino", una corta pero fuerte subida les hace echar el resto de sus fuerzas. Desde arriba, toman una fotografía que no deja ver lo exigente que ha sido este último contratiempo.
Recobran fuerzas y algo de oxígeno; este último cuerpo a cuerpo ha sido muy exigente tras los kilómetros que llevan en sus piernas. Tan solo les queda pasar bajo la A-5 y atravesar la colonia militar para llegar hasta el C.C. Plaza de Aluche y coger el carril-bici del Anillo Ciclista dentro del Parque de las Cruces.
Un gran recorrido, un buen entrenamiento y otra batalla superada. El Álamo forma parte de las rutas vikingas. Han sido 71 kilómetros engañosos, porque la única zona tranquila es la vega del río y los 915 metros de desnivel acumulado ascendiendo hacen ver la exigencia del recorrido. Por eso, y dado que tuvieron que invertir algo mas de tiempo que el esperado, renunciaron a "sus rubias" y se fueron con "las morenas". Cada uno a su casa y hasta la próxima salida.
EL CUADERNO DEL VIKINGO:
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