lunes, 2 de diciembre de 2013

EL ASEDIO DE MADRID

Llega el frío y las heladas despiertan a los madrileños. A pesar de eso, los vikingos no descansan. Siempre moviéndose por la periferia, caminos, ríos, senderos, etc...; pero hoy toca conquistar Madrid; asediarla por todos sus costados, bordearla en su totalidad para completar todo el perímetro. Y que mejor zona para hacerlo que su Anillo Verde Ciclista.



Los vikingos nocturnos, Rivas y Gerar, se unen a los mañaneros Palomares, Javi, Zorzito y Rosi en la Avenida de los Poblados, haciendo un alarde de puntualidad. A las 10:30 parten con sentido a Vallecas. Escaso viento, sol y mucho frío les acompañan casi todo el camino. De esta forma, van dejando atrás el 12 de Octubre y entran en el Parque del Manzanares, pasando bajo el túnel de la China.
Hasta ese momento la orografía era muy favorable, pero la subida a Vallecas y la larga, aunque no dura, ascensión junto a la Avdª de Miguel Hernández les hace empezar a sudar. Poco a poco se aproximan al Puente de la A-3. Dejan atrás Vallecas y, sin dificultad, entran en Moratalaz. Siguen ascendiendo en una fría mañana. El grupo se mantiene compacto, pero Javi se descuelga; su ritmo es algo mas bajo. Tras esperarle, el amor propio del vikingo le hace superarse y, dejando perplejos al grupo, demarra y se aleja en el horizonte.
Así discurren los kilómetros por el distrito de San Blas. Larga recta junto a la M-40. Llegan al desvío, pero Javi ha seguido de frente y ha de dar la vuelta por estar el Puente de la Peineta cortado. Otra vez reagrupados, los vikingos llegan hasta el Estadio inacabado de la Peineta, llevándose un recuerdo de ese momento.




La bajada hasta Canillejas no ofrece problemas y el grupo pasa sobre el Puente de la A-2 para ascender, junto a la M-40, hasta el Campo de las Naciones. Siempre pegados a la M-40 llegan hasta el Puente sobre la M-12,  y se dirigen, junto a las cocheras de la EMT, hasta Sanchinarro. La larga recta de la Avd. de Niceto Alcalá Zamora les lleva a cruzar el Puente de la A-1 y entran en Las Tablas. Nada les detiene, nadie les adelanta y prosiguen pedaleando, descolgándose de nuevo Javi.
Al final de la c/ Portomarín llegan a la cota más alta de la ruta y, junto al Edificio del BBVA, deciden esperar al rezagado.






La unión hace la fuerza y los kilómetros son mas fáciles de superar. La única oposición que han encontrado es el frío, y ya está superado. Toca bajar. Javi se emociona y vuelve a demarrar. Así, pedalada a pedalada, llegan a a Tres Olivos; y tras cruzar el Puente de la M-607 el grupo vuelve a agruparse y en poco tiempo atraviesan Montecarmelo.
Todo es bajada. El ritmo es rápido. El grupo se mantiene compacto hasta la llegada a la Avdª del Cardenal Herrera Oria. Al cruzar por el paso de peatones, Zorzito enseña a los incrédulos conductores como se camufla un vikingo bajo el asfalto. Cuerpo y bicicleta caen al suelo en una sincronización perfecta. Y con la arrogancia de un ser superior, Zorzito se incorpora, saluda a la afición y reanuda la marcha.
Tras pasar la c/ Arroyofresno se van dirigiendo a la M-30. La cruzan, al igual que hacen con la A-6 y por la ribera del Río Manzanares se aproximan  a la Casa de Campo.  Después de pasar por el Puente de la M-500, cambian los edificios por el bosque. Han llegado a la Casa de Campo y se detienen en la zona de descanso para reponer agua y, para volver a esperar al rezagado Javi.








 Lo que sucedió a continuación es difícil de explicar. No se sabe si fue orgullo vikingo, el amor propio de un guerrero o la ingesta del Bálsamo de Fierabrás, que tan famoso hizo el ilustre hidalgo. Pero, tras agruparse de nuevo el grupo, y después de un leve descanso, no se habían sentado aún algunos de ellos en sus monturas cuando observaron el último demarraje del increible Javi. Solamente les dio tiempo de ver la gran humareda que produjo sus ruedas sobre el asfalto de la Casa de Campo y la figura de Javi y su bicicleta se volatilizaron entre los árboles.
Las prostitutas de la Pza. de las Moreras solamente indicaban, asustadas, la zona por donde vieron pasar "una luz". Nadie supo que pasó. Si fue la violencia de su pedaleo, o que cambió la tierra por el cielo. Las cotorras argentinas no salían de sus nidos y se quedaron mudas. El caso es que el grupo de vikingos tuvo que continuar sin volver a ver al eterno rezagado.
Rosi les deja en Madrid Río, y los cuatro supervivientes cruzan toda la Casa de Campo para llegar a Aluche. Tras pasar bajo el Metro, entran en el Parque de las Cruces y en esa zona los vikingos Rivas y Gerar finalizan el recorrido. Palomares y Zorzito continúan por la Avenida de los Poblados con la esperanza de saber que fue del "eterno rezagado".
Así fue como finalizó la hazaña de hoy. El asedio a la gran urbe, la Capital. Sus casi 63 kilómetros de perímetro fueron cubiertos en unas 3 horas y cuarto de pedaleo, desafiando al frío y finalizando, como siempre, en compañía de una buena y fría rubia.




 EL PERFIL DEL ANILLO VERDE CICLISTA 

Sentido de las agujas del reloj

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