Existen días en los que la tribu vikinga se congrega con fines muy distintos a los habituales. Normalmente, utilizan una mañana para conquistar territorios con sus máquinas rodadoras y localizar caminos que accedan a localidades aún sin dominar.
Pero un día como hoy, han decidido congregarse en el pueblo de Quijorna para recorrer una ruta ya conocida por haber sido testigo del bautizo de un futuro vikingo y también de su derrota anímica para no volver a montar en una bicicleta.
El motivo de utilizar esta ruta es para festejar la jubilación de dos de sus integrantes, Antonio y Gerardo. Los vikingos sólo saben hacerlo sobre sus bicicletas, disfrutando de los entornos naturales que ofrece los alrededores de la ciudad y, sobre todo, haciéndolo con una estirpe de guerreros del pedal que realza un día tan especial como hoy.
La localidad de Quijorna vuelve a acogerlos y se congregan junto al Restaurante "El Águila" para iniciar esta jornada festiva, pasando por la Plaza del Ayuntamiento y dejando el pueblo por la Cañada Real Segoviana.
Buena pista que, poco a poco, se iba estropeando hasta quebrarse con bajadas algo complicadas producto de los arrastres de las aguas. Pero el paso del grupo de guerreros dejó claro que hoy no se iban a producir enfrentamientos duros con el terreno y los caminos lo entendieron y se volvieron a convertir en anchas y tranquilas pistas.
Después de cruzar primero la M-501 y, seguidamente, la M-524, tomaron el Camino de Quijorna para atravesar, otra vez la M-524 y rodar por la Cañada Real Segoviana a su paso por la localidad de Villanueva de Perales.
Sin dejar la Cañada, salen del pueblo y se dirigen hasta el pueblo de Villamanta, teniendo que atravesar su travesía (M-507) y girando a la izquierda para rodar por un buen camino paralelo a la carretera que tuvieron que atravesar para dirigirse hasta Navalcarnero.
El perfil del camino cambia y empiezan algunas pesadas subidas que son tomadas con tranquilidad hasta llegar a una zona de sombra para hacer un pequeño avituallamiento. Se respira tranquilidad; no hay prisas, aunque el Sol empieza a calentare.
Reanudan la marcha pasando por un túnel y se aproximan al casco urbano de Navalcarnero. Pero sin entrar en sus calles, se dirigen a la M-600, rodando por un camino paralelo hasta que llegan a una gasolinera y deben atravesar la carretera. Una corta llamada telefónica alerta al resto de la tribu, que hoy no han podido rodar, de la proximidad del final de etapa para que se vayan agrupando en el Restaurante "El Águila".
De camino a la Urbanización Los Manantiales (Sevilla la Nueva) son testigos, con gran perplejidad, de la mala fe de algún aldeano descerebrado y poco afín al mundo ciclista al que sólo se le ocurre atravesar restos de poda y grandes ramas en varios tramos del camino a su paso por zona de arroyos.
Una vez retirados todos los obstáculos dejados por un mal nacido, el grupo de vikingos se adentran por un bonito sendero junto a la urbanización, hasta llegar a los límites del Parque regional del Curso Medio del Río Guadarrama, donde toman el Camino de Navalcarnero hasta cruzar la M-600.
Al fondo les espera la tranquila localidad de Brunete donde realizan una pequeña parada para llevarse unas fotos de recuerdo.
El resto de la ruta se plantea como un rápido descenso por el Camino de Brunete hasta el final de la ruta en el pueblo de Quijorna. A su paso por la calle Real, observan como en la terraza del Restaurante "El Águila" se han congregado un gran número de vikingos que, junto a unas frías rubias embotelladas, les están esperando para celebrar la jubilación de dos de sus integrantes.
Todas las frías rubias fueron testigos del encuentro de los vikingos rodadores con los vikingos bebedores y, todos juntos, pasaron a degustar el manjar de los miércoles en el Restaurante "El Águila", el famoso cocido con garbanzos de la tierra.
Y así, es como esta tribu festeja el gran acontecimiento de la jubilación de dos vikingos: disfrutando de una buena y bonita ruta, bebiendo frías rubias, comiendo el exquisito cocido de Vicente y, lo más importante, haciéndolo en compañía de la mayor parte de la tribu.
Jubilarse dando pedales y en la mejor compañía, no tiene precio. Cosas de vikingos.
Altitud mínima: 506 m.